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miércoles, 14 de noviembre de 2018
jueves, 26 de octubre de 2017
Recuperar a Kali, la diosa negra del hinduismo
En la Mitología hay muchos ejemplos que describen a mujeres llenas de fuerza como Kali, la diosa negra
jueves, 18 de mayo de 2017
sábado, 3 de diciembre de 2016
jueves, 1 de marzo de 2012
¿Por qué existen los amantes?

Sabes ... que existen estereotipos que ven a la pareja como una unión que implica renuncia de la propia libertad, en la que no existe la sinceridad y los intercambios entre ambos son rígidos.
Es curioso observar que una unión que -pienso- crearon para el amor, para compartir y respetarse, se puede convertir en una encerrona, en la que ellos - quizá no saben por qué- tienen la impresión de estar en un laberinto sin salida. Sí fueron ellos los que entraron pero ahora no saben cómo salir. Esto, claro está, no se da en todas las parejas, pero cuando tienen este tipo de vivencia, se puede resolver el problema utilizando la comunicación.
Tienen que hablar de todo lo que les asfixia, de la necesidad de cambio, de que hay que innovar o renovarse ... Sin emgargo lo que ocurre, es que ellos buscan otros mecanismos ajenos a la pareja, para intentar salir de esa situación cerrada, para aliviar la asfixia, aunque manteniendo a la pareja. Es aquí cuando pueden surgir los amantes. Aquí tienen una razón, porque en la unión de la pareja existe un vínculo de dependencia y no hay libertad, así el amante se convierte en un medio para lograrlo.
No sabemos si el amante va ha resolver la asfixia o no ... Lo que digo es que puede ser un motivo para buscar amantes. Aunque los amantes, suele pasar que se conviertan en una asfixia añadida, lo que indica que el problema real no está en la falta de libertad o en el aburrimiento de la pareja.
Sabemos que a veces el amante es un recurso, una vía de escape de esa asfixia que vive la pareja y que no la aborda y no se comunican. Creo que hay veces que ni son conscientes de ella, sino que lo que manda es la inercia en estas situaciones.
Y si entran en una dinámica de falta de comunicación y se resignan con lo que viven con la pareja, no es raro que busquen mecanismos de compensación para aliviar las tensiones internas. Lo más interesante de estos mecanismos es el deseo de mantener a la pareja y aliviarse a través de los amantes. El amante cumple una función paliativa, como un medicamento para el dolor de cabeza, que alivia pero no resuelve el problema, eso sí desaparece el síntoma -el dolor- en ese momento.
Y aquí llegamos al autoengaño, el problema no se resuelve pero en nuestra mente inconsciente podemos creer que si se elimina la asfixia el problema está resuelto y no es así. Y hay casos en los que el aburrimiento y la pérdida libertad dentro de la pareja hacen surgir la promiscuidad. Se mantienen relaciones con varias personas y hay cambio de amante, lo que indica un problema emocional que inhibe la sexualidad y el funcionamiento sexual en la pareja.
Ahora si se es consciente de la promiscuidad y se elige sin dependencias, entonces no hay riesgo, es una elección como otras.También se recurre a los amantes cuando hay insatisfacción sexual, cuando falta complicidad, cuando hay deseos inconscientes de acabar con la pareja, de separase.
En la terapia con el sexólogo se harán conscientes de que muchas veces no estamos unidos a los amantes, sino que son instrumentos que utilizamos para llevar a cabo nuestros deseos no aceptados de separarnos y acabar la relación. Además sabrán que lo recomendable es aprender a no involucrar a otras personas, a no usarlas, ni manipular a la pareja. Esto que no es frecuente se puede aprender a verlo.
Foto : escena de casa
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Los abusos sexuales

Los actos sexuales con menores de edad o con personas que no comprenden o no tienen la capacidad de consentir son agresiones y se les llama abusos sexuales. Los que llevan a cabo estas prácticas lo hacen desde una posición de poder, es decir tienen autoridad sobre el niño y utilizan engaños, amenazas o chantajes.
El abuso consiste en tocar áreas genitales o violaciones ... y hasta principios de los años 70 del pasado siglo no se reconocen como un problema social al que hay que prestar atención. Estos contactos suelen venir de familiares, amigos de la familia o desconocidos y consisten en tocar zonas genitales o intentar la penetración. Los niños tienen miedo a contar lo sucedido sobre todo si el que abusa es una persona próxima a él. El niño se convierte en un objeto usado por su agresor.
Hoy día existen muchos casos de abusos sexuales a menores que no se han denunciado, y la mayoría conoce a esos niños. Sólo en el 15% de los abusos el agresor es un desconocido para la víctima, el resto de los abusos se cometen en el hogar de la víctima por personas de la familia. La edad del agresor oscila desde los adolescentes a los ancianos, aunque la mayoría son hombres adultos de mediana edad.
Lo que es curioso es que se suele producir una inversión y los mayores de 50 años prefieren niños menores de 10 años, sin embargo los más jóvenes eligen entre los 12 y los 15 años. A menudo emplean la persuasión, la presión o el engaño para someter a sus víctimas basándose en su posición de poder como adulto, padre o profesor. Algunos sólo se relacionan con niños porque las relaciones con adultos son insatisfactorias y las rechazan, aunque externamente adoptan comportamientos perfectamente adaptados. Son los pedófilos.
Otros mantienen una actividad sexual con adultos y sólo en algunas ocasiones abusan sexualmente de los niños. A menudo hablan de su predilección por los niños. Actúan en sus relaciones sexuales con los niños como si fueran mayores. La baja autoestima en lo sexual, el alcohol, las drogas, las desavenencias maritales, la vida desordenada y el hacinamiento favorecen estos abusos.
Cuando no se puede olvidar y la víctima llega a adulto el abuso en la infancia se manifiesta como un inhibidor de la conducta sexual, más que nada cuando el abuso se ha repetido y sienten rabia, asco y mucha hostilidad. Si el agresor es un miembro de la familia las dificultades para tener una vida sexual algo satisfactoria, crecen y se hacen visibles. Aparecen la culpa, la indignación y la confusión reflejadas en esa vida que sigue presente y causando tanto sufrimiento como el primer día.
Si sospechamos que los niños están siendo abusados, maltratados, porque notamos cambios de humor, tienen un comportamiento extraño, no respoden con alegría a nuestras caricias o desvían la cara ante un beso ... Si notamos que la proximidad física les incomoda, están rebeldes y huidizos ... Lo primero hablar con ellos e intentar comprender cuál es la causa del abuso y si el niño o la niña continúa con su silencio, lo mejor es acudir a un especialista, a un sexólogo y que el niño empiece una terapia que le ayudará a explorar las causas de ese malestar, a conocer si existen abusos sexuales y podrá orientar a su familia si éstos se han producido. Intentar no alarmar al niño y hacerle comprender la desconfianza que siente para que sea capaz de mostrar confianza y afecto hacia sus semejantes.
Foto : una niña
sábado, 14 de noviembre de 2009
Ruptura sentimental. Cómo salir y no morir en el intento.

Aunque depende de cada caso, las rupturas son traumáticas. Y no importa el sexo, algunos dicen ... ¡A mira, pues no parecía tan apenado! Y otra : ¡Vaya peso que se ha quitado de encima! ... De todas formas cuando se trata de sentimientos es difícil mantener un control y si la pareja está rota y se han utilizado estrategias para mantenerse unidos ... es que la salud matrimonial se resiente.
Si se manifiesta el resentimiento después de haber vivido discusiones, maltrato, infidelidades, engaños, puede impedir que la pareja se reconcilie aunque queden restos de cariño y del amor que se tenían. Quizá hace ya tiempo que funcionaban mal y ha habido intentos de enderezarla. Los dos son responsables y aparecerán como la víctima y el verdugo. Roles que podrían intercambiarse.
domingo, 4 de octubre de 2009
¿Eres agresivo?

viernes, 26 de junio de 2009
Aversión al sexo

En el hombre fobia a la penetración, a mantener el pene en la vagina, y puede generar una disfunción eréctil. Hay parejas que la aversión genital la viven los dos e incluso llegan a casarse pero no a consumar la unión y sólo piden ayuda profesional cuando desean tener un hijo, y tienen que utilizar el coito para procrear.
El que padece este transtorno está en alerta constante, vive cada experiencia sexual como un peligro. El Dr. David Barrios dice que es una disfunción de la vida erótica que no sólo se carece de deseo sexual sino que repele, produce asco o miedo. Puede ser la no aceptación de la homosexualidad.
Aparece el estrés o alteraciones del estado de ánimo y si la pareja no quiere comprender el no, y fuerza las situaciones ... Y si supera el trauma el que fué forzado, puede vivir aversión sexual cuando recuerde los momentos de intolerancia e incomprensión hacia su estado de ánimo negativo.
En este caso el rechazo se refleja sólo en una persona pero no en otros compañeros sexuales que pudiera tener. Es una situación límite y es angustiosa no hay que convivir con ella porque tiene solución con un tratamiento adecuado, para dejar atrás las limitaciones y vivir una sexualidad plena. Con salud sexual.
La terapia con el sexólogo se iniciará con la persona afectada, la pareja acudirá al tratamiento cuando su pareja haya alcanzado ciertos logros. Se trabajará además con su imaginación en lo relacionado con la sexualidad, para enriquecer sus vivencias eróticas.
Foto : untitled. AVERSIÓN AL SEXO
domingo, 7 de junio de 2009
Sufres acoso sexual?

sábado, 23 de mayo de 2009
Problemas de pareja. La enfermedad matrimonial
Cada uno siente el equilibrio con la pareja si las expectativas se han podido realizar, pero no, si le han obligado a sacrificar sus necesidades para estar unido a la pareja.
viernes, 8 de mayo de 2009
¿Bailas el tango sado-masoquista en tus relaciones de pareja?

Cuando pensamos en el sado-masoquismo nos aparece siempre la imagen de una escena sexual con pulseras de cuero, cuerdas y clavos. Uno es el torturador y el otro espera el placer de sentir el dolor.
Y es que ... el tango sado-masoquista es un acuerdo inconsciente entre dos personas en el que uno, será el dominante e impondrá un sufrimiento mental o físico sobre el otro, que lo aceptará voluntariamente. Este baile lleva en sí mismo un poder que desequilibra.
Según algunos estudios, la pareja repite modelos familiares, por lo menos uno de ellos, y los que provengan de familias en las que los padres bailaban el tango sado-masoquista podrían repetir esa conducta. La relación entre los padres da la pauta de cómo se relacionan las parejas, y si este aprendizaje infantil ha dejado huella podría repetirse automáticamente si no somos conscientes de ello.
Cuándo un niño crece en una familia en la que desempeña el rol de sádico o masoquista con relación a sus padres, puede caer en la relación sado-masoquista en su vida adulta. Como ha recibido un entrenamiento dominante o sumiso a través de la familia le es más fácil y le resulta familiar repetir el pasado.
Y es que, este baile sado-masoquista no es sólo un modelo aprendido sino que refleja las dificultades para defenderse de las agresiones, decir que "no" y ser amados, y son blanco fácil para el sádico que quiere bailar el tango. Una vez que se empieza a bailar, el masoquista sigue siendo la víctima del maltratador, que si supiera más sobre su pareja de baile quizás sería menos vulnerable.
Después de años en la profesión he tratado a parejas que bailaban este tango, y la persona a la que se pisa suele iniciar la terapia. Quizás ninguno de ellos es consciente del desarrollo de la relación. Eso sí, el cambio te está esperando. No desperdicies la vida! Despierta! No sigas una rutina que conduce a la autofrustración. No pases el tiempo preocupándote y dándole vueltas ...
Los masoquistas viven la vida cotidiana con paciencia, están dispuestos a aprender aunque tienen gran dificultad para el cambio, y además tienen que hacer frente a su propia pasividad. Ahora tienen que tomar la iniciativa y no reprimir sus impulsos naturales. Temen la desaprovación que no les deja actuar, y tienen que utilizar su voluntad para adquirir nuevas conductas.
Además la culpa inconsciente se convierte en una pesada carga que disminuye el deseo de cambiar. La fé en el cambio es la condición indispensable para saber que, uno puede hacerlo, desafiar los temores, cambiar la forma de actuar para ganar confianza en sí mismo, y avanzar poco a poco, siguiendo su propio ritmo.
Un proverbio judío reza:"Para cambiar sólo precisas alzar un dedo, pero sobre ese dedo descansa el peso del mundo"
Foto : thumbpub-fotos de parejas
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